Este artículo es la segunda entrega de una serie dedicada a conocer mejor a diferentes personas y grupos de nuestra diversa comunidad (Aaron Zarate: La Experiencia Inmigrante De M-A).
En esta ocasión, entrevisté a Luis Licea, un estudiante que llegó aquí desde México hace dos años.
Mis preguntas eran casi idénticas a las preguntas que le hice a Zarate, y sin embargo, las respuestas de Licea son bastante diferentes que las de Aaron. Ambos son inmigrantes de México, ambos vinieron aquí ya de adolescentes, pero no comparten las mismas experiencias. Es un recordatorio importante a no asumir que cualquier estudiante de México tiene que tener la misma historia. De hecho, el asumir que todos comparten la misma historia es una forma de prejuicio y les roba su identidad individual.
Licea viene de Michoacán, y se mudó a este país porque su madre, que es esteticista profesional, no tenía suficiente trabajo en México. Obtuvieron un visado de turismo por seis meses y volaron aquí, y han permanecido aquí desde entonces. Le pregunté a Licea sobre la diferencia entre expectativas y realidad de la vida en Estados Unidos, y me comentó que lo que más le sorprendió es el poco tiempo que se tiene en este país. Licea da el ejemplo de su propia madre, quien tiene que trabajar hasta la noche y vuelve a casa muy tarde, cuando ya está dormido.
En cuanto a la pregunta de que quisiera que cambiara la perspectiva que se tiene en este país sobre los gringos, Licea desearía que los americanos no asumieron varias cosas, como que todos los latinos vienen del mismo país, y que todos los inmigrantes son malos. Licea aprecia que se puedan permitir tener más cosas aquí que en México, sin embargo lamenta dos cosas. Una es la falta de espacio, ya que aquí las viviendas son mucho más pequeñas, alli tenían una casa amplia y aquí todo es pequeño. Y por otro lado, lamenta lo demandante que es la rutina aquí, que él la resume como levantarse trabajar, cenar, y dormir. Echa de menos la fluidez de la vida en México, donde se vivía más, no todas las horas del día dedicadas a trabajar.
Deberíamos todos preguntarnos que ha tenido que observar Licea, y que hemos hecho como comunidad, para que Licea desee que la gente aquí no piense que todos los inmigrantes son malos. Es algo sobre lo que debemos reflexionar, y poder ofrecer una mejor experiencia a la comunidad latina.