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Dado que el tema de nuestra escuela es “Fortaleza en la diversidad,” pensé que sería bueno aprender de, y compartir, las experiencias de los diferentes alumnos de M-A. Mi objetivo es crear mayor conciencia de nuestra diversidad, para lograr superar prejuicios y acercarnos más los unos a los otros,
Pasé un rato hablando con Aaron Zarate Miranda, uno de mis compañeros de AP Español para hispanoparlantes. A continuación puedes leer extractos de nuestra conversación.
Ayla Karadogan (AK): Hola Aaron. ¿Me puedes decir de dónde vienes?
Aaron Zarate (AZ): México, concretamente Veracruz, a la mitad del golfo.
AK: ¿Cuál era tu situación antes de venir a los Estados Unidos?
AZ: La verdad, diría que era medio mala. Mi hermano se fue. Y luego mi papá se fue a los Estados Unidos por falta de trabajo allá. Entonces yo tenía como 14 años y me quedé con mi mamá.
AK: ¿Cuando, y por qué te fuiste tú?
AZ: Yo salí de mi casa a los 15 años a buscar trabajo, y empecé a trabajar a los 15. Trabajé en un poco de todo, construcción, venta de puerta en puerta, y acabé trabajando en una clínica como asistente de radiología.
AK: ¿Y cuándo viniste a los Estados Unidos?
AZ: Mi papá regresó a México porque mi abuelito falleció. Yo tenía 16 años, y mi papá me dijo que viniera a los Estados unidos por dos meses. Me fui porque necesitábamos dinero, mi mamá no estaba ganando lo suficiente y tenía que mantenerme ella solita.
AK: Cuéntame tu historia de inmigración.
AZ: Yo nunca pensé venir a los estados unidos. Tenía mi visa y todo, pero nunca lo usé. No pensé que lo fuera hacer. Entonces, cuando mi abuelito falleció, yo estaba muy triste y quería salir de dónde estaba. Pero al llegar, la realidad era que mi papá estaba viviendo en un cuarto como de cuatro pies por siete, lo cual es más chiquito que una habitación regular de departamento. Y terminé viviendo ahí con él en una cama individual los dos por siete meses. Y en todo ese tiempo no fui a la escuela. Me pasaba los días en el cuartito, mi papá solo llegaba a dormir hacia la medianoche.
AK: ¿Cuánto tiempo estuviste en esa situación? ¿Trabajabas, o ibas a la escuela?
AZ: Siete meses.
AK: ¿Qué es la diferencia entre los Estados Unidos y México?
AZ: Aquí tengo menos libertades y menos posibilidades.
AK: Eso es algo que creo que muchas personas no se lo imaginan. ¿Puedes explicar?
AZ: Aquí, no puedo salir del estado. No puedo volar. No puedo trabajar aquí.
AK: ¿Qué es lo que menos te gusta de los Estados Unidos?
AZ: El racismo.
AK: ¿Puedes dar un ejemplo?
AZ: Te voy a dar un claro ejemplo. Cuando vienes aquí, la mayoría de las personas para empezar a vivir te remiten a EPA porque es más barato. O cuando alguien te pregunta dónde vives, automáticamente asumen que vives en EPA. Otro ejemplo, asumen que no hablas inglés o que no le entiendes para nada. Y también llegué a encontrar gente que me preguntaba si sabíamos qué eran los coches. Y, siempre te intentan remitir como cosas más bajas, como si no pudíramos hacer cosas más altas, aumen que no podemos hacerlo. Y bueno, también está el ejemplo del trabajo, claramente las personas consiguen un mejor trabajo si son de otra raza en vez de latinos.
AK: ¿Algún ejemplo aquí en M-A?
AZ: Aquí, inmediatamente me metieron a clases para latinos. Y después de una semana y media, por primera vez me hicieron el examen para ver si hablar inglés. Y sí, sabía ya inglés, lo había aprendido en México.
AK: ¿Cuál es el principal malentendido sobre la inmigración?
AZ: Que es divertida.
AK: ¿Quién piensa que la inmigración es divertida?
AZ: Mucha gente. No solo de este país, pero por ejemplo, de México, cuando cruces para acá, piensan que vas a tener mucho dinero, obviamente, porque ganas en dólares. Pero lo que no se toma en cuenta es que también gastas en dólares. Entonces, claro, todo co cuesta mucho. Y muchos no se dan cuenta de lo difícil llegar que es llegar y adaptarte y dejar todo atrás. Por ejemplo, no tener casa, no tener una cama propia, un coche propio, etcétera.
AK: ¿Qué fue la parte más dura?
AZ: Al llegar, las personas no te hablan. Es totalmente diferente a las personas de mi país. Pero aquí hay clases de ELA. Si haces una pregunta a alguien, te dice sí, no, ajá. Cuando me escribí en la escuela, estuve un semestre entera sin hablar con nadie.
AK: ¿Fue difícil para ti la transición?
AZ: La verdad, la verdad, la verdad es que me dio depresión al llegar al país como por cinco meses. En el cuarto en el que te dije que viví con mi papá, no había ventanas, no había luz. Bueno, sí, había un foco, un solo. Entonces, no sabía cuándo era de noche o era de día. Y cuando no había trabajo, te quedabas ahí como 24 horas y no podías salir porque era casa compartida, no hay privacidad. Me quedaba ahí día a noche. Y luego me daba cuenta de que ya eran las 12, porque mi papá llegaba en la madrugada.
La experiencia de Aaron es representativa de muchos de los estudiantes latinos de nuestra escuela que tuvieron que salir de sus países, y es un recordatorio de que debemos tener mayor empatía por la dificultad de la imigracion, y parar de ser tan ignorantes de los de mas solo porque estamos segregados en nuestros grupos sociales. Espero que todos podamos mostrar curiosidad por las circunstancias y contextos de cada individuo, y crear un diálogo que nos acerque.